EL DILEMA DEL RECURSO

AGUA-TIERRA

La irrigación de tierras no óptimas


Victor M. Ponce

[Traducido del ingl�s por Samara Salamene]


1. Agua y nutrientes

El agua y los nutrientes son recursos naturales fundamentales; sin embargo, aquí vemos que est�n en oposición en ambos extremos del espectro clim�tico de precipitación. Donde hay mucha agua, los nutrientes son escasos; por el contrario, donde hay muy poca agua, los nutrientes abundan. Los ecosistemas necesitan agua y nutrientes en cantidades suficientes; por lo tanto, se presenta el dilema del recurso agua-tierra.

En regiones h�medas, en las cuales la precipitación es m�s de 1600 mm por a�o, los nutrientes se han lixiviado durante milenios y sólo quedan cantidades limitadas en el perfil del suelo. Por ejemplo, en las selvas tropicales, la mayor�a de los nutrientes se almacenan en el dosel y se recirculan a trav�s de una biodegradaci�n efectiva de los residuos vegetales. En regiones �ridas, en las cuales la precipitación es inferior a 400 mm, generalmente no hay suficiente humedad ambiental para soportar el crecimiento diverso del ecosistema; sin embargo, hay muchos nutrientes geol�gicamente nuevos, almacenados en el suelo. Por lo tanto, los desiertos son f�rtiles; una vez irrigados, tienden a ser muy productivos.

La precipitaci�n media anual terrestre es de alrededor de 800 mm. Esta cantidad de precipitaci�n est� en medio del espectro clim�tico, separando las regiones semi�ridas (menos de 800 mm) de las regiones subh�medas (m�s de 800 mm). Como las regiones �ridas tienen agua limitada y las regiones h�medas tienen nutrientes limitados, se deduce que la disponibilidad de agua y nutrientes debe ser cercana a la �ptima en el centro del espectro clim�tico de precipitación, es decir, a 800 mm.

Los humanos interact�an con su entorno y, al hacerlo, evitan instintivamente establecerse en regiones donde el agua o los nutrientes son escasos. Un ejemplo claro: el desierto del Sahara y la selva amaz�nica, ambos muy poco poblados por la civilización (Fig. 1). Hay que tener en cuenta que la Europa Central se estableci� temprano porque su precipitaci�n anual promedio es cercana al valor anual promedio terrestre (800 mm). A lo largo de la historia, el ser humano se ha asentado preferentemente en regiones clim�ticas ubicadas entre 600 y 1200 mm. Dentro de este rango, el agua y los nutrientes son lo suficientemente abundantes como para satisfacer las necesidades de los ecosistemas, con relativamente poco desperdicio de agua y nutrientes.

Fig. 1 (a)  El desierto del Sahara.

        

Fig. 1 (b)  La selva amaz�nica.

Las mejoras en la organizaci�n social y pol�tica, junto con un salto cu�ntico en saneamiento y salud p�blica, han sido responsables del crecimiento explosivo de la poblaci�n mundial, que actualmente se estima en alrededor de 7.800 millones de personas (2020). Al mismo tiempo, el aumento de la movilidad y el desarrollo econ�mico han llevado a la colonizaci�n de tierras no �ptimas. El asentamiento del oeste de los Estados Unidos es un ejemplo. A lo largo de la historia, pero cada vez m�s en el siglo pasado, el ser humano ha optado por alejarse del centro del espectro clim�tico, hacia regiones semi�ridas y �ridas. Estas �ltimas han sido favorecidas sobre las regiones subh�medas y h�medas porque se las considera m�s saludables. A diferencia de los humanos, los insectos prefieren regiones h�medas; por ejemplo, la malaria prospera en ciertas regiones h�medas.


2. El asentamiento de regiones �ridas

Para asentar regiones �ridas, los seres humanos han aprendido, por necesidad, a mover el agua, desde donde existe en grandes cantidades hasta donde escasea. Por lo tanto, se reconoce el prop�sito fundamental de la hidr�ulica: "Mover el agua hacia donde est� la gente". Esto ha llevado al riego, practicado durante milenios por diversas civilizaciones. El asentamiento del oeste de los Estados Unidos a principios del siglo XX no podr�a haber sido posible sin el riego. Pero, lamentablemente, hay un precio que pagar. A medida que los humanos se alejan de las tierras con recursos �ptimos hacia tierras más secas, tienen que trasladar allí el agua para el riego y hacer frente a un incremento en la cantidad de desecho de nutrientes.

Surgen dos problemas en esta situación: (1) el aumento de los asentamientos obligar� al agua a escasear, y (2) una mayor explotaci�n de la tierra dar� como resultado la producci�n de grandes cantidades de desecho de nutrientes (sales no utilizadas). Por lo tanto, las sociedades humanas deben aprender a limitar el uso del agua y manejar el exceso de sales. Si contin�a la colonizaci�n de tierras �ridas, el agua importada debe usarse con cuidado. Igualmente importante, el exceso de sales debe manejarse con prudencia. La experiencia demuestra que es f�cil importar el agua, pero no exportar las sales. La historia est� repleta de relatos de c�mo diversas civilizaciones no lograron exportar el exceso de sales, degradaron buenas tierras y perecieron en el proceso.

En resumen, el desarrollo humano en áreas desérticas conlleva la necesidad de importar agua y exportar sales. Por ejemplo: en Wellton-Mohawk, Arizona, el canal principal y el drenaje principal corren paralelos entre s�, pero en diferentes direcciones (Fig. 2). Esto asegura la importaci�n de agua y la exportaci�n de sales, asegurando así la sostenibilidad del proyecto de riego.

Fig. 2  Importaci�n de agua por canal principal (izquierda) y exportaci�n de sales
por drenaje principal (derecha), proyecto Wellton-Mohawk, Wellton, Arizona.


200222 09:00