Victor Miguel Ponce Septiembre 2017
4. ALCANTARILLAS
4.1 Tipos de alcantarillas Las alcantarillas son conductos de drenaje de longitud corta, ubicados en las intersecciones de la red natural de drenaje (quebradas, arroyos, ríos) con las redes de transporte (carreteras, caminos, vías de ferrocarril, etc.). Las alcantarillas son mucho más pequeñas que los puentes; por consiguiente, hay un mayor número de ellas. Usualmente están diseñadas para operar bajo flujo permanente gradualmente variado; por lo tanto se aplican los principios de la Sección 3. Las alcantarillas se calculan para que permitan pasar de manera óptima el gasto de diseño, sin producir un desbordamiento tal que comprometa la integridad de la superestructura (Fig. 66). El gasto de diseño está basado en consideraciones hidrológicas, las cuales están tratadas en la Sección 2. El período de retorno varía típicamente entre 10 y 50 años (Ponce, 2008). A mayor período de retorno, mayor será el gasto de diseño y, consecuentemente, mayores serán las dimensiones de la estructura.
El flujo en una alcantarilla depende de lo siguiente:
El flujo puede ser de uno de los siguientes tipos:
Las profundidades de flujo aguas arriba y aguas abajo determinan si la alcantarilla está fluyendo parcial o totalmente llena. La profundidad de flujo aguas arriba, por encima de la base o fondo en la entrada de la alcantarilla, es denominada Profundidad Aguas Arriba [Headwater HW], por sus siglas en Inglés. La profundidad de flujo aguas abajo, por encima de la base o fondo en la salida de la alcantarilla, es denominada Profundidad Aguas Abajo [Tailwater TW]. El objetivo es calcular el tamaño más pequeño de la alcantarilla que permita pasar el gasto de diseño sin exceder una profundidad aguas arriba predeterminada (Fig. 67). El diseño depende de si el control (hidráulico) está en la entrada o en la salida de la alcantarilla.
4.2 Control en la entrada El flujo en una alcantarilla se encuentra bajo control en la entrada cuando la descarga depende sólo de las condiciones en la entrada. Por ejemplo, asúmase una alcantarilla circular de diámetro D, longitud L, pendiente de fondo S, profundidad aguas arriba HW y profundidad aguas abajo TW. El primer paso es calcular la profundidad normal yn y la profundidad crítica yc en el conducto (Sección 3 y calculadoras en línea). Se examinan las siguientes condiciones:
El control en la entrada ocurre cuando la alcantarilla es capaz de conducir más flujo que el permitido por el orificio de entrada. La sección de control se sitúa precisamente en la entrada. El flujo pasa de profundidad crítica en la sección de control a supercrítica aguas abajo de la misma.
Cuando el control está en la entrada, la alcantarilla actúa como
un orificio o vertedero. Si la entrada está sumergida, el flujo
es similar al de un orificio; por el contrario,
si la entrada no está
sumergida,
el flujo se asemeja al de un vertedero.
[Si HW < 1.2 D, la entrada será no sumergida].
Si la entrada no está sumergida pero la salida sí está,
se formará un salto hidráulico en algún lugar del conducto
4.3 Control en la salida El control en la salida ocurre en las siguientes condiciones:
La Figura 70 ilustra la variación de la descarga o caudal en función de la carga o nivel de energía aguas arriba. Puede observarse que conforme la descarga aumenta de baja a alta, a un cierto nivel el flujo cambia de control en la entrada a control en la salida.
4.4 Diseño de alcantarillas Pasos a seguir en el diseño de una alcantarilla:
5. TRANSPORTE DE SEDIMENTOS
5.1 Naturaleza de los sedimentos
Todos las quebradas, corrientes y ríos que discurren sobre la superficie de la Tierra
acarrean materiales sólidos, tanto suspendidos como disueltos. A los
sólidos suspendidos
se los denomina sedimentos, y su transporte está
gobernado por leyes físicas; Todos los sedimentos tienen su origen en la roca madre, la cual está constantemente sujeta a procesos de intemperismo. Una vez sueltos, los sedimentos son eventualmente acarreados aguas abajo por la capacidad erosiva de las aguas de precipitación. A mayor intensidad y altura de precipitación, mayor la fuerza erosiva y, por consiguiente, mayor la cantidad de sedimentos acarreados. La capacidad de transporte de sedimentos es un valor que depende de variables hidráulicas tales como velocidad, profundidad, pendiente, y tamaño del grano. Bajo flujo uniforme (sección prismática) o en equilibrio (sección no prismática), la capacidad de transporte se calcula usando fórmulas apropiadas (Sección 5.3). Cuando esta capacidad se reduce por cualquier motivo, se produce la deposición de los sedimentos, lo cual puede llevar a problemas de drenaje. Por ejemplo, la Fig. 75 muestra una alcantarilla parcialmente llena de sedimentos. La Fig. 76 muestra un río efímero, cuya sección transversal está parcialmente comprometida por la deposición de sedimentos.
La ingeniería de sedimentos es la rama de la ingeniería
civil hidráulica
que trata de los sedimentos fluviales, incluyendo: (a) origen, (b) producción,
(c) transporte, (d) deposición, y (e) destino final.
Los sedimentos son producidos en sus orígenes,
en las cabeceras de las cuencas, y transportados
a través de la red fluvial hasta su eventual
deposición en los valles localizados aguas abajo, o su entrega directamente al
océano.
La Fig. 77 (a) muestra un coluvión, una
deposición local de
sedimentos muy cerca a su origen, en las faldas de un cerro.
La Fig. 77 (b) muestra una quebrada o torrente, la cual, debido a su fuerte pendiente
La ingeniería de
sedimentos comprende: (a) producción, (b) transporte, y (c) deposición.
La producción analiza los sedimentos
desde su origen en las cabeceras de las cuencas hasta su entrega
a las corrientes o ríos más cercanos. En el drenaje de carreteras, la deposición de sedimentos puede llegar a interferir con los flujos normales de drenaje, llevando en casos extremos a la falla del sistema.
5.2 Producción y entrega de sedimentos Todos los sedimentos son: (a) producidos, (b) transportados, y (c) depositados en los valles y depresiones o, en su defecto, entregados al océano más cercano. La producción de sedimentos es la suma total de todos los materiales sólidos (cantos o bolones, grava, arena, limo, y arcilla), erosionados y removidos de la cuenca que genera los sedimentos. La producción de sedimentos está siempre referenciada al área de la cuenca, usualmente pequeña, y su correspondiente rendimiento, el cual se mide en toneladas por hectárea. Dado un punto A ubicado sobre el drenaje principal de una cuenca, puede observarse que no todos los sedimentos producidos aguas arriba llegan a dicho punto A, pues una fracción es siempre retenida para formar parte de los valles. A la cantidad de sedimentos que llegan al punto A se le denomina entrega de sedimentos. En este caso, la ubicación del cálculo es en una sección transversal de la corriente, en la cual se evalúan y/o miden los sedimentos que llegan hasta esa sección, en toneladas por día. En el punto A, se denomina relación de entrega de sedimentos RES a la relación (razón) entre los sedimentos entregados y los sedimentos producidos (RES es siempre menor que 1, o en porcentage, menor que 100). El valor de RES es una función del área de la cuenca, medida hasta el punto de entrega (Fig. 78). Puede observarse que el valor promedio de RES varía desde 60% para cuencas muy pequeñas (menores de 0.04 millas cuadradas, o 0.1 km2), a 5% para cuencas grandes (mayores de 400 millas cuadradas, o 1000 km2).
5.2.1 Ecuación Universal de Pérdida de Suelo (EUPS)
La ecuación universal de pérdida de suelo (EUPS)
se utiliza para determinar
valores de producción de sedimentos, aplicable a parcelas agrícolas
o cuencas muy pequeñas, usualmente no mayores de algunas hectáreas (Wischmeier y Smith, 1965).
en la cual A = p�rdida anual de suelo
por erosi�n superficial, en toneladas por acre por a�o (1 acre = 0.405 ha);
R = factor de precipitación;
K = factor de erodibilidad del suelo;
Los factores de la Ec. 197 se pueden determinar consultando
un libro de ingeniería agrícola, hidrología, o sedimentos
(Ponce, 2014).
Cabe anotar que la
5.3 Transporte de sedimentos La carga de sedimentos, o descarga de sedimentos, usualmente referida como descarga sólida, es la cantidad total de sedimentos transportados por una corriente o río a través de una sección transversal dada, expresada en kilogramos/segundo o Newtons/segundo.
De acuerdo al modo predominante
de transporte, la carga de sedimentos se divide
en: (1) carga de fondo, y De acuerdo a si las partículas están presentes en el lecho, la carga de sedimentos se divide en: (1) carga de material de fondo, y (2) carga de material fino, comúnmente referida como carga de lavado. La carga de material de fondo es la fracción cuyas partículas están presentes en el lecho en forma significativa; por otro lado, la carga de lavado es la fracción cuyas partículas no están presentes en el lecho. En otras palabras, la carga de material de fondo es la fracción gruesa, la cual es probable que se haya originado en el lecho y que regrese a él bajo condiciones apropriadas. La carga de lavado es la fracción fina, la cual no proviene del lecho y que no es probable que se deposite en él. Podría decirse que la carga de material fino es lavada a través del tramo de interés, y no depende de las condiciones hidráulicas del flujo (velocidad, profundidad, y pendiente de fondo). La Figura 79 muestra la relación entre las dos clasificaciones de descarga de sedimentos. Se observa que los conceptos de carga de lavado y carga de fondo (color magenta claro y oscuro, respectivamente) son mutuamente excluyentes. La carga suspendida de material de fondo (color magenta intermedio) es la carga en suspensión que proviene o está representada en el lecho.
Fig. 79 Relación entre las dos clasificaciones de descarga de sedimentos.
5.4 Fórmulas para el transporte de sedimentos Los términos carga de sedimentos, descarga de sedimentos, y descarga sólida son sin�nimos. Sin embargo, la carga de fondo, la carga suspendida de material de fondo, y la carga de lavado son mutuamente excluyentes. La predicci�n de transporte de sedimentos se refiere a la estimaci�n de la descarga de sedimentos en condiciones de equilibrio, es decir, bajo flujo permanente. Existen varias f�rmulas para la predicci�n del transporte de sedimentos. La mayor�a de las f�rmulas calculan solamente la carga de material de fondo, que consiste en: (a) carga de fondo y (b) carga suspendida de material de fondo (Fig. 79); por ejemplo, las fórmulas de Duboys (Sección 5.4.1) y Colby (Sección 5.4.2). El método de Einstein modificado (Sección 5.4.3) calcula la carga total de sedimentos. Todas las formulas existentes tienen componentes empíricos y, por lo tanto, son aplicables principalmente dentro del rango de datos utilizados en su desarrollo.
5.4.1 Fórmula de Duboys
La f�rmula de Duboys es la siguiente:
en la cual:
La fórmula de Duboys es dimensionalmente homogénea. Los valores de ψD y τc se obtienen de la Fig. 80.
5.4.2 Método de Colby En 1964, Colby public� un m�todo para calcular la descarga de arena en ríos de material de fondo predominantemente arenoso (Colby, 1964). El desarrollo del m�todo se basó en la formula de Einstein (1950), con el apoyo de grandes cantidades de datos de laboratorio y de campo. El m�todo proporciona una predicci�n razonablemente buena de la carga de sedimentos, en particular para el caso de arenas. El método requiere de los siguientes datos:
5.4.3 Método de Einstein Modificado
El método
de Einstein Modificado (MEM) fue desarrollado por
Colby y Hembree (1955) basado en el método de la carga de fondo ( El método requiere de los siguientes muestreos:
Las mediciones de carga suspendida no incluyen ni la carga de fondo ni la fracción de carga suspendida que es transportada muy cerca del cauce, las cuales son prácticamente imposibles de muestrear con precisión. El MEM utiliza el método de Einstein, conjuntamente con los datos de los muestreos de carga suspendida y material de fondo, para calcular la carga total de sedimentos, incluyendo la carga medida y la no medida. Los datos requeridos son las siguientes variables hidráulicas y sedimentológicas:
Adicionalmente, para cada tamaño de partícula [nueve (9) para la forma corta, con sólo un tamaño de partículas finas; o diez (10) para la forma larga, con dos tamaños de partículas finas], el método requiere de las fracciones de material de fondo ib y el porcentaje de carga suspendida Q's, obtenidas del análisis granulométrico de las muestras de material de fondo y carga suspendida, respectivamente. La aplicación del método MEM se ilustra en los Ejemplos No. 18A y 18B.
5.4.4 Otros métodos para el cálculo del transporte de sedimentos Existen varias fórmulas para el c�lculo del transporte de sedimentos. Las diversas fórmulas var�an en su complejidad y rango de aplicabilidad (Fig. 83). Entre ellas se destacan las fórmulas de Engelund-Hansen, Ackers-White, y Einstein-Brown. Para m�s detalles sobre éstas y otras fórmulas de transporte de sedimentos, ver los manuales No. 54 (1975) y No. 110 (2008) de la American Society of Civil Engineers (1975; 2008).
5.5 Curva de gasto de sedimentos Una curva �til en el an�lisis de sedimentos es la curva de gasto de sedimentos, definida como la relaci�n entre la descarga de agua y la descarga de sedimentos en una sección transversal dada. La curva se obtiene mediante la medici�n simult�nea de las descargas de agua y de sedimentos o, en su defecto, indirectamente, mediante el uso de f�rmulas de transporte de sedimentos (véase la Fig. 83).
Para descargas pequeñas, la curva de gasto de sedimentos es usualmente
una l�nea recta en papel logar�tmico, mostrando un aumento en la
concentraci�n de sedimento con la descarga líquida.
Sin embargo, para descargas relativamente altas, la curva
tiene una tendencia asintótica a
una l�nea de igual concentraci�n (isolínea)
Cabe hacer notar que la curva de gasto de sedimentos es estrictamente v�lida sólo para condiciones de flujo permanente. Bajo flujo no permanente, tanto las curvas de gasto de descarga líquida (la relación tirante-gasto) como las de sedimentos son más elaboradas, presentando fenómenos de histéresis y otras complejidades. Estos fenómenos son intratables, y, por lo tanto, en la práctica son normalmente despreciados.
6. PUENTES
6.1 Socavación de puentes
Los puentes son estructuras viales diseñadas con el fin de hacer posible el cruce
de un río o corriente por una carretera o camino. Los puentes
se diferencian de las alcantarillas
El análisis de estabilidad comprende el estudio de socavación de uno o más pilares y/o estribos de un puente. Durante el paso de una avenida, el flujo se ve forzado a transitar por debajo del puente. La presencia de uno o más pilares reduce la sección transversal efectiva de flujo; por lo tanto, las velocidades aumentan y con esto, el flujo de sedimentos. Este proceso conduce eventualmente a la socavación (erosión) del suelo alrededor del pilar, lo que, de ser de suficientemente magnitud, puede poner en peligro la estabilidad de la superestructura y causar la falla eventual del puente. La socavación es un fenómeno de flujo transitorio, el cual se produce durante una avenida. El proceso es dual, caracterizado por: (1) erosión durante la subida del hidrograma de avenida, y (2) deposición durante la bajada. En muchos casos, el hoyo producido por la erosión durante la subida es rellenado por la consiguiente deposición durante la bajada. La falla se produce cuando la profundidad del hoyo, denominada profundidad de socavación, es de tal magnitud que compromete el nivel inferior de cimentación de la estructura. Por lo tanto, el objetivo del análisis es determinar la profundidad de socavación que permita diseñar la cimentación del puente (en tipo, tamaño y profundidad) con un factor de seguridad adecuado.
6.2 Tipos de degradación, socavación, o erosión La socavación, degradación, o erosión en las inmediaciones de la estructura de un puente puede deberse a uno o más de los siguientes procesos:
La degradación general es causada por una reducción en la oferta de sedimentos en tramos localizados aguas arriba del punto de interés. Generalmente esto se debe a la degradación inmediatamente aguas abajo de una represa, causada por el fenómeno de "agua hambrienta" (Fig. 87) (Lane, 1955), o a la extracción excesiva de áridos de los lechos fluviales vecinos (Fig. 88). En algunos casos, la reducción en la oferta de sedimentos puede deberse a cambios naturales o artificiales en el coeficiente de escurrimiento de la cuenca localizada aguas arriba.
La socavación por contracción se manifiesta usualmente a todo lo ancho del río, durante el paso de una avenida extraordinaria (Fig. 89).
La socavación local se produce por remoción de material de suelo alrededor de los pilares, estribos, y otras estructuras de cimentación de los puentes, causada por la aceleración del flujo en las vecindades y la formación de vórtices inducidos por las obstrucciones al flujo. La Figura 90 muestra la falla de un puente de ferrocarril cerca de Kingman, Arizona, ocurrida el 9 de agosto de 1997. La falla del puente, la cual llevó al descarrilamiento del ferrocarril, se debió a la erosión y socavación de los pilares y cimentación del puente, como resultado de una avenida de período de retorno de 50 a�os (National Transportation Safety Board, 1998).
La migración lateral se produce cuando un río carga excesivas cantidades
de sedimento en situaciones geomorfológicas relativamente planas, lo cual lo obliga a rellenar su cauce y, por consiguiente,
a buscar nuevos rumbos, usualmente durante el paso de una avenida
extraordinaria (Fig. 91). En general, todo ensanchamiento o
desplazamiento lateral de un cauce fluvial pone en peligro la operatividad de un puente
colocado sobre él (Fig. 92).
6.3 Socavación por contracción La socavación por contracción ocurre cuando el área de flujo de una corriente es reducida ya sea: (a) por una contracción natural, o (b) por una contracción artificial debida a la presencia de un puente. En la mayoría de los casos, la socavación por contracción resulta en la profundización del lecho del río. La Figura 93 muestra el Pongo de Manseriche, una contracción natural esculpida en roca, a través de la cual el caudaloso río Marañón, uno de los dos grandes ríos que forman eventualmente el río Amazonas, ve reducido su ancho a 35 m, al descender los contrafuertes de la Cordillera Oriental de los Andes, en Amazonas, Perú. El paso del pongo es particularmente peligroso por causa de los remolinos que se forman debido a la extrema contracción del flujo, como puede observarse en el video Pongo de Manseriche.
En ríos de lecho predominantemente arenoso, existen dos tipos de socavación por contracción: (1) bajo agua clara, y (2) bajo lecho móvil. La socavación por agua clara ocurre para números de Froude bajos, es decir, cuando la velocidad media es menor que la velocidad crítica necesaria para el inicio del movimiento (del lecho). En este caso el área de flujo en la sección del puente, durante la avenida, aumenta hasta que la velocidad media llega a ser igual a la crítica. La socavación por lecho móvil ocurre para números de Froude más altos, para los cuales la velocidad media es mayor que la velocidad crítica necesaria para el inicio del movimiento del lecho. En este caso el área de flujo en la sección del puente, durante la avenida, aumenta hasta que la cantidad de material transportado que sale del volumen de control es igual a la que entra.
Las fórmulas existentes para socavación por contracción requieren la determinación del tipo de socavación.
Para determinar si el flujo inmediatamente aguas arriba del puente está produciendo el movimiento del lecho,
es necesario calcular la velocidad crítica.
en la cual: Vc = velocidad crítica necesaria para el inicio del movimiento del sedimento del lecho, en m/seg o pies/seg; y = profundidad de flujo inmediatamente aguas arriba del puente, en m o pies; D50 = diámetro medio de las partículas de sedimento del lecho ubicado inmediatamente aguas arriba del puente, en m o pies; y Ku = constante empírica, igual a 6.19 en el sistema SI (métrico), y 11.17 en el sistema de unidades acostumbrado en los EE.UU.
Para obtener el D50 del material del lecho,
éste debe muestrearse en los primeros
6.3.1 Geometría del diseño
El análisis de la socavación por contracción
depende de las condiciones geométricas particulares
del diseño.
Se pueden presentar los casos mostrados en
6.3.2 Contracción bajo lecho móvil La socavación por contracción bajo condiciones de lecho móvil se calcula usando la ecuación modificada de Laursen (1960) (U.S. Department of Transportation, 2012, p. 6-10):
en la cual: ys = profundidad media de socavación por contracción bajo lecho móvil, en m o pies; yo = profundidad media de flujo debajo del puente, antes de la socavación, en m o pies; y1 = profundidad media inmediatamente aguas arriba del puente, en m o pies; Q1 = flujo en la sección aguas arriba del puente, que transporta sedimento del lecho, comprendiendo sólo el flujo en el canal principal, en m3/seg o pies3/seg; Q2 = flujo en la sección contraída, en m3/seg o pies3/seg; W1 = ancho de fondo en la sección aguas arriba del puente, que transporta sedimento del lecho, en m o pies; W2 = ancho de fondo en la sección contraída, que transporta sedimento del lecho, en m o pies; k1 = exponente mostrado en la Tabla 23, en la cual: V* = velocidad de corte inmediatamente aguas arriba del puente = (g y1 S1 )1/2 ; S1 = pendiente de la línea de energía en el canal principal; y ω = velocidad de caída del sedimento, en función del diametro Ds (Fig. 96), para el cual se toma el diámetro medio D50.
Con referencia a la Ec. 201, cabe anotar lo siguiente:
6.3.3 Contracción bajo agua clara La socavación por contracción bajo condiciones de agua clara se calcula usando la fórmula de Laursen (1963) (U.S. Department of Transportation, 2012, p. 6-12):
en la cual: ys = profundidad media de socavación por contracción bajo agua clara, en m o pies; yo = profundidad media del flujo debajo del puente, antes de la socavación, en m o pies;
W = ancho de fondo en la sección contraída, excluyendo el ancho de los pilares, en m o pies; Q = flujo en la sección contraída, en m3/seg o pies3/seg; Dm = diámetro del menor tamaño de sedimento en la sección contraída, que no es transportado, el cual se asume igual a 1.25 D50, en m o pies; y Ku = constante empírica, igual a 0.025 en unidades SI (métricas) y 0.0077 en unidades acostumbradas en EE.UU.
El valor mínimo de D50 a usar debe ser 0.0002 m (0.2 mm). Cabe notar que
el uso de un valor
6.4 Socavación local
La socavación local es un de las causas más comunes
de falla de un puente por solicitación
hidráulica.
La profundidad de socavación aumenta directamente con la velocidad y profundidad de flujo. Por lo tanto, el riesgo de falla, usualmente por causa de una profundidad de cimentación insuficiente, aumenta en forma considerable durante el paso de una avenida extraordinaria. La profundidad de socavación no depende directamente del tamaño del material del lecho. Sin embargo, en el caso de materiales finos (limos y arcillas), la velocidad de socavación es usualmente más lenta comparada con aquélla correspondiente a los materiales gruesos (arenas). Las fórmulas más establecidas para el cálculo de la socavación local de pilares son las siguientes: (1) HEC-18, (2) Jain y Fisher, (3) Froelich, y (4) Melville. Estas fórmulas se detallan a continuación.
6.4.1 Fórmula HEC-18
La fórmula HEC-18 cálcula la máxima profundidad de socavación en lechos fluviales arenosos. La fórmula lleva su nombre de la publicación Hydraulic Engineering Circular
en la cual: ys = profundidad de socavación, en m; y1 = profundidad de flujo inmediatamente aguas arriba del pilar, en m; v1 = velocidad media del flujo inmediatamente aguas arriba del pilar, en m/s; a = ancho del pilar, en m; F = número de Froude = v1 / (gy1)1/2; K1 = factor de corrección para tomar en cuenta la forma de la sección transversal (Fig. 98 y Tabla 24);
K2 = factor de corrección para tomar en cuenta el efecto del
ángulo θ entre el alineamiento del pilar y el alineamiento del flujo (el ángulo de ataque del flujo) (Ec. 204 o
en la cual L = longitud del pilar, en m; y θ = ángulo de ataque del pilar; K3 = factor de corrección para tomar en cuenta la condición del lecho fluvial (Tabla 26).
6.4.2 Fórmula de Jain y Fisher La fórmula de Jain y Fisher es aplicable al cálculo de la socavación local. La fórmula distingue entre dos tipos de socavación:
Las fórmulas son las siguientes: a. Socavación bajo agua clara, para el caso (F - Fc ) ≤ 0.2:
b. Socavación bajo lecho móvil, para el caso (F - Fc ) > 0.2:
en las cuales: ys = profundidad de socavación; a = ancho del pilar; v = velocidad media del flujo inmediatamente aguas arriba; y = profundidad del flujo inmediatamente aguas arriba; Vc = velocidad crítica, al inicio del movimiento; F = número de Froude = v/(gy)0.5; y Fc = número de Froude crítico = Vc /(gy)0.5. La velocidad crítica se puede estimar usando la Ec. 200.
6.4.3 Fórmula de Froehlich La fórmula de Froehlich es frecuentemente usada para el cálculo de la socavación local en el pilar de un puente (Fig. 99) (Froehlich, 1988). La versión de la formula aplicable para diseño es (Chase y Holnbeck, 2004):
en la cual: ys = profundidad de socavación (unidades L); b = ancho del pilar (unidades L); D50 = diámetro medio de las partículas (unidades L); be = proyección del ancho del pilar b en un plano normal al ángulo de ataque θ (unidades L);
φ = coeficiente adimensional que toma en cuenta la forma de la sección transversal v1 = velocidad media inmediatamente aguas arriba del pilar (unidades L /T); y1 = profundidad de flujo inmediatamente aguas arriba del pilar (unidades L); Fr1 = número de Froude inmediatamente aguas arriba del pilar: Fr1 = v1 /(gy1)0.5; La Ec. 207 es adimensional cuando se usa con unidades de longitud consistentes (metros o piés).
La Figura 100 muestra una evaluación de la Ec. 207. Nótese que los valores calculados son casi siempre mayores que los valores medidos. Asimismo, cabe notar que la fórmula de Froehlich es una de las incluídas en HEC-RAS (U.S. Army Corps of Engineers, 2016).
6.4.4 Fórmula de Melville
La fórmula de Melville calcula la profundidad máxima de socavación
local en un pilar o estribo de un puente (Melville, 1997). La fórmula
está basada en un producto de seis variables empíricas K, cada una de las cuales
evalúa un factor
coadyuvante a la socavación local.
en la cual: ds = profundidad máxima de socavación local, en unidades de longitud (m o pies); KyW = factor de profundidad: (a) Kyb para pilares, o (b) KyL para estribos, en unidades de longitud (m o pies); KI = factor de intensidad de flujo, el cual incluye efectos de la gradación del sedimento y velocidad de flujo; adimensional; Kd = factor de tamaño del sedimento; adimensional; Ks = factor de forma del pilar o estribo; adimensional; Kθ = factor de alineamiento del pilar o estribo; adimensional; y KG = factor de geometría del canal; adimensional. La Ecuación 208 evalúa la socavación local de pilares o estribos en casos en los cuales la socavación por contracción es despreciable. Factor de profundidad del pilar o estribo El factor de profundidad KyW (Kyb para pilares o KyL para estribos) está dado por una de las siguientes ecuaciones:
en las cuales: y = profundidad de flujo inmediatamente aguas arriba del pilar o estribo; b = ancho del pilar; y L = longitud del estribo, incluyendo la aproximación del puente, proyectada en dirección perpendicular al flujo. Factor de intensidad de flujo Respecto al factor de intensidad de flujo, es necesario distinguir entre dos tipos de socavación local: (1) bajo agua clara, y (2) bajo lecho móvil, como en el caso de la fórmula de Jain y Fisher (Sección 6.4.2). La socavación bajo agua clara ocurre antes del inicio del movimiento del lecho, y la socavación bajo lecho móvil después del inicio del movimiento.
La socavación bajo agua clara ocurre típicamente en el lecho
de la llanura de inundación. La socavación bajo lecho móvil ocurre
cuando hay transporte de sedimento en la vecindad del hoyo.
Si el sedimento es uniforme, es decir, con coeficiente de gradación
El factor de intensidad de flujo KI está dado por una de las siguientes ecuaciones:
en las cuales: V = velocidad media de flujo inmediatamente aguas arriba; Vc = velocidad media del flujo inmediatamente aguas arriba, al inicio del movimiento del lecho; Va = velocidad media de flujo inmediatamente aguas arriba, al inicio del flujo de lecho móvil (para sedimentos uniformes, Va = Vc; para sedimentos no uniformes, Va > Vc); Va = 0.8 Vca; y Vca = velocidad media del flujo por encima de la cual el sedimento de granulometría no uniforme produce el acorazamiento del lecho. Las velocidades Vc y Vca se calculan con las siguientes fórmulas:
en la cual: d50 = diámetro medio de las partículas (mm); d50a = dmax / 1.8; y dmax = diámetro máximo de las partículas (mm). Para sedimentos de cuarzo a la temperatura T = 20°C, las velocidades de corte u*c y u*ca se estiman con las siguientes fórmulas:
Factor de tamaño del sedimento El factor de tamaño del sedimento Kd está dado por una de las siguientes ecuaciones:
en las cuales W = b para pilares, y W = L para estribos. Factor de forma del pilar o estribo El factor de forma Ks se muestra en la Tabla 27, con referencia a la Fig. 101.
Para estribos largos, el efecto de forma no es muy importante. Por lo tanto, el factor Ks indicado en la Tabla 26 debe reemplazarse por el factor modificado K*s que sigue:
Factor de alineamiento del pilar o estribo
El factor de alineamiento Kθ está
dado por la Tabla 28. Cabe anotar que para el caso de pilares,
estos valores son iguales a los factores de corrección K1 mostrados en la
El factor Kθ para estribos se aplica solamente para el caso de estribos largos. Por lo tanto, este valor debe reemplazarse por el factor modificado K*θ que sigue:
Factor de geometría del canal En el caso de un pilar, la geometría del canal no influye en la socavación. Por lo tanto, el factor de geometría para un pilar es KG = 1. En el caso de un estribo, el factor KG está dado por la siguiente fórmula: Estribo izquierdo
en la cual (Fig. 102): Li = longitud del estribo izquierdo; L*i = ancho de la llanura de inundación del estribo izquierdo; y = profundidad de flujo en el canal principal; y*i = profundidad de flujo en la llanura de inundación del estribo izquierdo; n = coeficiente de Manning en el canal principal; y n*i = coeficiente de Manning en la llanura de inundación del estribo izquierdo. Estribo derecho
en la cual (Fig. 102): Lr = longitud del estribo derecho; L*r = ancho de la llanura de inundación del estribo derecho; y = profundidad de flujo en el canal principal; y*r = profundidad de flujo en la llanura de inundación del estribo derecho; n = coeficiente de Manning en el canal principal; y n*r = coeficiente de Manning en la llanura de inundación del estribo derecho.
6.5 Cruces fluviales no convencionales
En la naturaleza,
los ríos se clasifican en: (1) perennes, (2) intermitentes, y (3) efímeros.
Los ríos perennes siempre tienen agua, la cual proviene del flujo de base
La profundidad a la napa freática varía a través del espectro
climático, de las zonas áridas a las zonas húmedas.
En zonas húmedas, la napa freática está cercana a la superficie, mientras que en zonas áridas ésta se encuentra a profundidades mucho mayores.
Desde una perspectiva geomorfológica, cuando un río transporta una gran cantidad de sedimentos, la relación ancho-profundidad (es decir, la relación ancho-tirante) es grande, típicamente entre 50 y 100. Por lo tanto, los cruces de ríos en zonas áridas representan un desafío considerable para el diseño. El problema es cómo posibilitar el cruce de un río efímero de una manera efectiva y económica. Los puentes fluviales pueden ser de varios tipos; en principio deben cubrir todo el ancho del río (Fig. 104). Cuando los puentes no cubren todo el ancho del río, esto lleva a problemas durante las avenidas. Generalmente, durante una avenida el río reclama su ancho real, poniendo en peligro la cimentación y consecuente estabilidad de la estructura. Las velocidades excesivas en las inmediaciones de los pilares o estribos pueden causar erosión local y llevar a la eventual falla del puente.
Los puentes se construyen cuando el volumen de tráfico y/o la importancia de la red vial justifican el costo.
La mayoría de los puentes son estructuras permanentes,
vulnerables a avenidas extremas.
Los ríos, particularmente aquellos ubicados en zonas áridas, pueden rebasar sus cauces, o cambiar de curso,
haciendo inoperable la estructura de cruce
6.5.1 El badén o vado Un baden o vado se define como un cruce, temporal o permanente, de un río, arroyo, o corriente, sin el beneficio de un puente. El badén constituye una alternativa de diseño en casos de tráfico ligero o recursos limitados. Los badenes construidos se diseñan para cruzar el río sobre una loza de concreto, en los casos en los que el flujo es pequeño o inexistente (Fig. 105). En zonas áridas, los badenes son comunes en lugares donde el agua fluye solamente algunos días al año (Fig. 106). Los badenes son una forma económica de resolver el problema del cruce de un río.
La desventaja de un badén es que es posible que esté fuera de servicio algunos días al año, pero cuando esto se compara con el costo de un puente, la decisión puede ser justificada. Los badenes se usan generalmente en áreas rurales, donde el tráfico y/o los recursos económicos son limitados.
Un caso singular del cruce de un río importante mediante un badén construido
es el del Vado El Cora, el cual está diseñado
para operar sobre la presa derivadora El Jileño,
en el río Grande de Santiago, cerca de Tepic, Nayarit, México.
La longitud de la presa y badén
es de 473 m
Durante avenidas extraordinarias, los vados también están sujetos, como los puentes, a erosión hidráulica, posible falla y consecuente inoperabilidad. La Figura 109 muestra un badén en Indian Trail Road, sobre el río Mojave, cerca de Helendale, California: (a) durante la falla, en marzo de 2005, y (b) algún tiempo después de la falla.
6.5.2 El vado tipo Arizona El vado tipo Arizona (Arizona crossing en Inglés) es un tipo de vado usado en el sudoeste de los Estados Unidos para el cruce de cauces fluviales efímeros. El vado consiste de un grupo predeterminado de alcantarillas circulares, usualmente de aluminio corrugado, alineadas formando un terraplén para posibilitar el paso de vehículos por encima de éste (Fig. 110). La longitud del terraplén usualmente comprende el cauce principal del arroyo o río. Este tipo de cruce está diseñado para un rebalse limitado en caso de una avenida infrecuente o extraordinaria. Existe la posibilidad de falla parcial o total del terraplén como consecuencia de una erosión hídrica excesiva.
El puente de alcantarillado (Fig. 111) es similar al vado tipo Arizona. La diferencia reside en que el puente de alcantarillado no está diseñado para la eventualidad de un rebalse. Durante una avenida extraordinaria, el rebalse usualmente pone en peligro la integridad de la estructura.
6.5.3 El vado-puente
Un vado-puente es una combinación de vado y puente, con un máximo de las ventajas y un mínimo de las desventajas. El vado-puente está diseñado para trabajar como un puente durante el período de estiaje y como un vado durante las avenidas. En un río efímero, un vado-puente se parece a un vado en su mayor parte, pero contiene un puente relativamente pequeño, diseñado para pasar la avenida media anual (Fig. 112).
El vado-puente puede cubrir sin mayor costo el ancho total del río. No hay necesidad de acortar el ancho de la estructura, y no hay pilares de puentes que puedan fallar durante una avenida extraordinaria. Esencialmente, el vado-puente funciona como un vado sólo durante las avenidas extraordinarias; en otras ocasiones, el vado funciona como puente. Por lo tanto, en ríos efímeros en zonas áridas, el concepto de vado-puente ofrece una combinación apropiada de funcionalidad y economía.
Todos los cruces fluviales están diseñados para sostener
una carga hidrológica específica.
Ésta es usualmente la avenida de 100 años, y en ciertos
casos, aún mayores.
En un diseño típico de puente,
el caudal pico se expresa en términos
de las velocidades y tirantes, y estos datos
son utilizados para calcular
la socavación local en los pilares.
Los componentes de un vado-puente deben ser diseñados como vados y puentes, respectivamente. El diseño del componente vado es del tipo convencional. Sin embargo, el componente puente es mucho menor que un puente típico. El diseño del puente puede basarse en la avenida media anual, es decir, la avenida de 2 años, la cual desde un punto de vista geomorfológico es formativa del canal principal del río. Esto contrasta con la avenida de 100 años usada en el diseño de puentes convencionales. Durante eventos extremos, el vado distribuye la carga hidráulica a través de todo el ancho del río, sin mayores problemas. Por lo tanto, el vado-puente está en mejores condiciones de resistir el embate de las avenidas extraordinarias.
El vado-puente es una alternativa práctica
al puente o vado convencionales.
El concepto es aplicable en ríos efímeros con una gran
relación ancho-tirante,
particularmente en zonas rurales, o donde el tráfico
es ligero y los recursos económicos son limitados.
6.6 Longevidad de un puente
En base a lo presentado en las Secciones 6.3 a 6.5,
puede concluirse que la longevidad de un puente depende de si su longitud
respeta la integridad hidráulica del río que cruza. Por ejemplo,
el puente romano sobre el río Guadiana, en Mérida,
España, el cual data
del
Otro ejemplo de longevidad lo constituye el llamado puente Inca, ubicado en las nacientes del
río Lauricocha, en Huánuco, Perú, para el cual se reporta
una antigüedad de más de 500 a�os.
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