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1.1 DEFINICIÓN
La hidrología es la ciencia que estudia las aguas de la Tierra, su ocurrencia, circulación y distribución, sus propiedades químicas y físicas, y su relación con los seres vivos. La hidrología abarca el agua superficial y el agua subterránea; esta última, sin embargo, se considera como un campo en sí mismo. Otras ciencias relacionadas incluyen la climatología, meteorología, geología, geomorfología, sedimentología, y oceanografía. La ingeniería hidrológica es una ciencia aplicada. En ella se utilizan principios hidrológicos para la solución de problemas de ingeniería derivados de la explotación de los recursos hídricos. En su sentido más amplio, la ingeniería hidrológica busca establecer relaciones que definan la variabilidad espacial, temporal, estacional, anual, o plurianual del agua, con el fin de determinar los riesgos asociados con el dimensionamiento de estructuras hidráulicas. 1.2 EL CICLO HIDROLÓGICO
El ciclo hidrológico describe la recirculación continua de las aguas de la Tierra, uniendo atmósfera, masa continental, y océanos. El proceso es bastante complejo, conteniendo varios subciclos. Para explicarlo brevemente, el agua se evapora de la superficie del océano, impulsado por la energía solar, y se une a la atmósfera, desplazándose hacia el interior de la masa continental. Una vez allí, las condiciones atmosféricas actúan para condensar y precipitar el agua, la cual, impulsada por fuerzas gravitacionales, regresa al océano por medio de arroyos y ríos. La Figura 1-1 muestra una representación gráfica del ciclo hidrológico. La Figura 1-2 muestra una visión esquemática, incluyendo la interacción entre las diversas fases y elementos de retención de volumen de agua [2]. Este esquema incluye todos los procesos físicos relacionados con la ingeniería hidrológíca. La precipitación y otras fases de transporte líquido están representadas por flechas rectas. La evaporación y otra fases de transporte gaseoso (vapor de agua) están representadas por flechas onduladas.
Los elementos de retención de volumen de agua son:
Las fases líquidas del ciclo hidrológico son:
Las fases gaseosas del ciclo hidrológico son:
1.3 EL BALANCE HÍDRICO
Una cuenca es una porción de la superficie de la Tierra que concentra el escurrimiento en su punto más aguas abajo, referido como la salida de la cuenca (Fig. 1-3). El escurrimiento así concentrado fluye hacia una cuenca más grande y, en última instancia, al océano. El lugar donde la corriente de una cuenca entra a otra corriente o cuerpo de agua más grande se conoce como la boca de esa cuenca.
La interpretación del ciclo hidrológico en los confines de una cuenca lleva al concepto de balance hídrico. El balance hídrico se refiere a la contabilidad de las diversas fases del ciclo hidrológico en una cuenca, con el objetivo de determinar sus magnitudes relativas. La siguiente ecuación de balance considera tanto las aguas superficiales como las aguas subterráneas:
en la cual ΔS = cambio en el almacenamiento, P = precipitación, E = evaporación, T = evapotranspiración, G = flujo de salida de aguas subterráneas, y Q = escurrimiento superficial. En un lapso de tiempo dado, el cambio en el almacenamiento es la diferencia entre la precipitación y la suma de evaporación, evapotranspiración, salida de aguas subterráneas, y escurrimiento superficial. En la práctica, los términos de la Ecuación 1-1 se expresan en unidades de profundidad, es decir, un volumen de agua distribuido uniformemente sobre el área de la cuenca. En condiciones de equilibrio, ΔS = 0, y la Ec. 1-1 se reduce a la siguiente expresión (Fig. 1-4):
La siguiente es una ecuación de balance hídrico que considera solamente el agua superficial:
en la cual I = infiltración, y los demás términos ya han sido definidos. En un lapso de tiempo dado, en condiciones de equilibrio, la Ec. 1-3 se reduce a la siguiente (Fig. 1-5):
Debe tenerse en cuenta de que se puede dar alguna doble contabilidad en la Ecuación 1-4, debido a que una porción de la infiltración puede convertirse en evaporación de lagos y humedales, en evapotranspiración de la vegetación, y en escurrimiento superficial (flujo base) a través de la exfiltración. La Ecuación 1-4 puede ser expresada en forma reducida como sigue:
en la cual L = pérdidas, o abstracciones hidrológicas, igual a la suma de la evaporación E, evapotranspiración T, e infiltración I. La Ecuación 1-5 establece que el escurrimiento es igual a la precipitación menos la suma de todas las pérdidas. Este concepto es la base de los métodos prácticos de cálculo del escurrimiento superficial (Capítulos 4 y 5).
1.4 APLICACIONES
La ingeniería hidrológica responde a las siguientes preguntas:
Buscando respuestas a estas preguntas, la ingeniería
hidrológica utiliza análisis y
mediciones.
En general, el ingeniero hidrólogo está interesado
en la descripción de caudales o volúmenes,
incluyendo la variabilidad espacial, temporal, estacional, anual, o
regional. Las cantidades de
flujo (descargas) se expresan en metros cúbicos
por segundo o en pies cúbicos por segundo; los volúmenes se expresan
en metros cúbicos, hectómetros cúbicos
1.5 METODOLOGÍAS
Existen varios enfoques en la ingeniería hidrológica. Éstos pueden ser considerados como modelos que representan el comportamiento del prototipo, es decir, el mundo físico. En general, los modelos se clasifican en: (a) materiales, y (b) formales. Un modelo material es una representación física del prototipo, más simple en estructura pero de propiedades similares. Un modelo formal es una abstracción matemática de una situación idealizada, la cual conserva las propiedades estructurales más importantes del prototipo [4]. Los modelos materiales pueden ser icónicos o analógicos. Los modelos icónicos son representaciones simplificadas de los sistemas hidrológicos del mundo real, tales como lisímetros, simuladores de lluvia, y cuencas experimentales (Fig. 1-7). Los modelos analógicos son aquéllos que basan sus mediciones sobre elementos sustancialmente diferentes a los del prototipo, tal como el flujo de corriente eléctrica para representar el flujo de agua.
En la ingeniería hidrológíca todos los modelos formales son matemáticos; de allí el uso del término modelo matemático para referirse a los modelos formales. A menos que se especifique lo contrario, el término modelo se utiliza en este libro en referencia a un modelo matemático. Este último es el tipo de modelo más utilizado en la ingeniería hidrológica. Los modelos matemáticos pueden ser: (1) teóricos, (2) conceptuales, o (3) empíricos. Un modelo teórico se basa en un conjunto de leyes generales, usualmente físicas; por el contrario, un modelo empírico se basa en gran medida en inferencias derivadas del análisis de datos. El modelo conceptual yace aproximadamente en el medio entre los modelos teóricos y empíricos. Existen cuatro tipos de modelos matemáticos en la ingeniería hidrológica: (1) determinístico, (2) probabilístico, (3) conceptual, y (4) paramétrico. Un modelo determinístico se formula mediante el uso de leyes físicas y se describe usando ecuaciones diferenciales. Un modelo probabilístico, ya sea estadístico o estocástico, se rige por las leyes de probabilidades. Los modelos estadísticos se basan en muestras observadas, mientras que los modelos estocásticos se rigen por las propiedades aleatorias de ciertas series de tiempo hidrológicas; por ejemplo, caudales diarios [5]. Un modelo conceptual es una representación simplificada de procesos físicos, obtenida agrupando variaciones espaciales y/o temporales, y descrita en términos de ecuaciones diferenciales ordinarias o ecuaciones algebraicas. Un modelo paramétrico representa procesos hidrológicos por medio de ecuaciones algebraicas que contienen parámetros dados, los cuales son evaluados por métodos empíricos.
En general, los métodos de análisis en la ingeniería hidrológica
pueden clasificarse en uno de los cuatro tipos de modelos mencionados.
Por ejemplo, el tránsito de una onda cinemática
En principio, los modelos determinísticos simulan procesos físicos y, por lo tanto, deben ser los más cercanos a la realidad. En la práctica, sin embargo, la complejidad inherente a los fenómenos físicos generalmente limita el enfoque determinístico a casos bien definidos, para los cuales puede demostrarse una clara relación causa-efecto. Los métodos probabilísticos se utilizan para ajustar los datos medidos (es decir, la hidrología estadística) y modelar componentes aleatorios (hidrología estocástica) en los casos en los cuales su presencia es evidente. Cuando la simplicidad es aconsejable, los métodos y modelos conceptuales y paramétricos continúan desempeñando un papel importante en la ingeniería hidrológica. Los modelos hidrológicos pueden ser agrupados (aglomerados) o distribuidos. Los modelos agrupados pueden describir las variaciones temporales, pero no las variaciones espaciales. Un ejemplo típico de un modelo hidrológico agrupado es el hidrograma unitario (Capítulo 5), el cual describe la respuesta total de una cuenca, sin tener en cuenta la respuesta de sus subcuencas. A diferencia de los modelos agrupados, los modelos distribuidos tienen la capacidad de describir variaciones tanto temporales como espaciales. Los modelos distribuidos son computacionalmente más demandantes que los modelos agrupados. Un ejemplo típico de un modelo hidrológico distribuido es el cálculo del flujo superficial utilizando técnicas de tránsito (Capítulo 10) (Fig. 1-8). En este caso, las ecuaciones de masa y cantidad de movimiento (o substitutos apropiados de las mismas) son utilizadas para calcular las variaciones temporales de descarga y profundidad de flujo en determinadas ubicaciones dentro de la cuenca en estudio.
Las soluciones de los modelos hidrológicos pueden ser analíticas o numéricas. Las soluciones analíticas se obtienen mediante el uso de las herramientas clásicas de las matemáticas aplicadas, tales como las transformadas de Laplace y los métodos de perturbaciones [3]. Las soluciones numéricas se obtienen mediante la discretización de las ecuaciones diferenciales en ecuaciones algebraicas y su solución con la ayuda de un computador. Los ejemplos de soluciones analíticas son los modelos lineales utilizados en el análisis de sistemas hidrológicos [1]. Los ejemplos de soluciones numéricas son varios; cabe mencionar los utilizados en las técnicas del tránsito hidrológico de avenidas (Capítulos 8, 9 y 10) y en los modelos computacionales en actual uso, tales como HEC-HMS y SWMM (Capítulo 13). 1.6 HIDROLOGÍA DE AVENIDAS Y TAMAÑO DE CUENCA
A nivel de cuenca, la escorrentía superficial se produce normalmente en los siguientes casos: (a) cuando la intensidad de la precipitación excede la capacidad abstractiva de la cuenca, o (b) cuando el perfil del suelo está completamente saturado de humedad, reduciéndose la infiltración a cantidades insignificantes o nulas. Con el tiempo, grandes cantidades de escorrentía superficial se concentran en la cuenca para producir los caudales altos conocidos como inundaciones. El estudio de éstas, sus causas, transporte, y efectos, es el tema de la hidrología de inundaciones. En la naturaleza, la precipitación varía usualmente en el espacio y en el tiempo. En la ingeniería hidrológica, puede suponerse que la precipitación es: (1) constante en el espacio y el tiempo, (2) constante en el espacio y variable en el tiempo, o (3) variable en el espacio y en el tiempo. En la práctica, el tamaño (o escala) de la cuenca ayuda a determinar cuál de estas hipótesis es la más apropiada para un caso dado.
En la hidrología de avenidas, las cuencas pequeñas suelen ser modeladas con un enfoque
empírico simplista tal como el método racional (Capítulo 4). Para las cuencas medianas,
un modelo conceptual como el hidrograma unitario es el preferido por la mayoría
de ingenieros en la práctica La Figura 1-9 muestra una matriz que representa la relación entre el tamaño o escala de la cuenca y tres técnicas comúnmente utilizadas en la hidrología de inundaciones.
Está claro que cuanto más grande sea la cuenca, es más probable que haya sido aforada, es decir, que posea un registro de caudales. Por otro lado, cuanto más pequeña sea la cuenca, lo más probable es que no existan aforos. Esta situación lleva a que el enfoque probabilístico (Capítulo 6) sea aplicable principalmente a las cuencas grandes, en particular a aquéllas que posean un registro de caudales (aforos) comparativamente largo. Para cuencas sin registros, o con registros relativamente cortos, las técnicas estadísticas pueden ser utilizadas para desarrollar modelos paramétricos de aplicabilidad regional (Capítulo 7). Los temas de tránsito de flujo (tránsito de avenidas (Capítulos 9 y 10) y la modelación hidrológica (Capítulo 13) abarcan toda la gama de aplicaciones, desde las cuencas más pequeñas hasta las cuencas más grandes. PREGUNTAS
PROBLEMAS
BIBLIOGRAFÍA
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